Mitos y Leyendas de Tunja
Hace muchos años, el Sol quiso reencarnar en una mujer chibcha, por lo cual, todas las mañanas las mujeres desnudas esperaban la concepción a través de los rayos del astro rey. Sin embargo, los indígenas conocieron luego, que el sol quería enviar sus rayos a una doncella del pueblo de Guachetá, quien habría de parir lo que concibiese de los rayos divinos, quedando virgen.
En la ciudad de Tunja vivía Lope Badillo, un vecino honrado, cuyo oficio era empedrador; era muy pobre, pero con gran ambición de dinero. Una india amiga que conocía muchos secretos de la región, lo puso en contacto con un mohán que guardaba uno de los más ricos tesoros, oculto en uno de los parajes solitarios de la provincia.
Los Muiscas tenían su deidad Chaquén, quien velaba por los linderos de las sementeras de los indígenas. Dice Fray Pedro Simón que Chaquén era el dios de los “términos y los puestos que señalaban cuando en algunas fiestas ordenaba el cacique corriesen los más valientes indios la tierra, que para esto se ponían; dedicábansele también los adornos de la borrachera y fiestas, con la plumería que usaban en ellas y en las guerras. El dios Chaquén se hacía presente en las fiestas chibchas, principalmente en aquellas en que había carreras”.
Según las creencias Chibchas, Chiminigagua o Chiminichagua, es el ser Supremo, omnipotente y creador del mundo. Una divinidad bondadosa y universal, la única luz que existía cuando todo era de noche. En el principio del mundo todo estaba en tinieblas, solamente reinaba la luz de Chiminigagua. Cuando el Dios creador quiso difundir la luz por todo el universo, creó dos grandes aves negras y las lanzó al espacio. Cuando estas aves echaban aliento o aire por los picos, esparcían una luz incandescente, con la cual todo el cosmos quedó iluminado. Así se hizo la luz y se crearon todas las cosas del mundo.
Pacanchique, hijo del cacique Baganique de las tierras de Ramiriquí, tuvo sus amores ciegos con la bella Azay, considerada la más linda flor en todos los contornos Muiscas. En la vida de la familia muisca, el noviazgo tenía mucha importancia, pues era la etapa de afianzamiento del amor de una pareja. Inclusive, se consideraba muy importante, "El amaño", antes de consolidar el matrimonio.