Club Boyacá

Mansión cuya construcción fue ordenada por don Diego Holguín Maldonado, hijo del conquista­dor español don Miguel Holguín de Figueroa, militar perteneciente a una familia de hidalgos con un remoto origen galo, quien nace en Villa de Alcántara en Ex­tremadura en los reinos de España. Don Miguel llegó a América en la expedición del conquistador General Nicolás de Federmán, entrando por la ciudad de Coro (Venezuela), sumándose a los primeros pobladores de Tunja que hicieron parte del grupo de “Conquistado­res” que arribaron en la primera mitad del siglo XVI. 

Don Juan de Castellanos cronista y cura beneficiado de la iglesia de Santiago el Mayor de Tunja escribió: “Y le estos hombres hay muy principales en este nuevo reino de Granada como Miguel Holguín en quien hoy día se ve virtud, valor y valentía”. La mansión de dos plantas, fue construida por Don Diego Holguín Maldonado de Figueroa y Bohórquez, en la segunda mitad del siglo XVI. La residencia se erigió con el estilo de la arquitectura castellana y an­daluza cuyo levantamiento consta de dos crujías en L, formando amplias galerías de claustros adinte­lados, con soportes integrados por esbeltas colum­nas toscanas talladas en piedra en el primer piso, y columnas de madera denominadas pies derechos en la segunda planta. Posee un gran salón en el costado sur, resultante de la integración de cuatro espaciosas salas unidas por grandes arcos de medio punto, cuyas techadumbres están a la vista, exhibiendo el clásico.

Estilo del par y nudillo, correspondiendo a la famosa personalidad mudéjar de la “carpintería de lo blanco”: el recinto es denominado salón de los espejos, puesto que los mismos son de estilo rococó del siglo XVIII de procedencia francesa, cuyos marcos y consolas están ornamentados en yesería y hojilla de oro formando guirnaldas una alta que enmarcan motivos que con­tienen fauna y flora de origen europeo y americano. Además, se estacan medallones con figuras femeninas. Igualmente, los óleos que decoran la sala son una parte de la pinacoteca del Club con obras de los destacados pintores: Rafael Tavera. Jesús María Zamora, Dolcey Vergara Delgado y Martínez Rivera, entre otros.

 

En el costado oriental, un gran salón denominado del Fundador ocupa todo el frente sobre la calle, com­puesto por varios rectangulares que permiten la salida a grandes balcones, cuyos barandales están integra­dos por carpintería de hierro forjado.

Así mismo, las techadumbres fueron elaboradas en madera en la segunda mitad del siglo anterior, imi­tando las formas geométricas mudéjares que ostentan los artesonados de los templos coloniales Tunjanos; en el salón anterior, se encuentra un gran óleo sol tela con la figura del Fundador don Gonzalo Rendón, obra del pintor tunjano José Rodríguez Acevedo y que se ha convertido en imagen de identificación histórica de la ciudad. Frente al claustro en L del primer piso, inmersa en una crujía oriental, se alberga una Sala de Juegos, y en la del costado sur, el bar.

 

Volúmenes Arquitectónicos Nuevos

En el siglo XX, por razones de servicio y ampliación de la membresía del club, se agregaron a los volúme­nes arquitectónicos del siglo XVT ya descritos, en la parte occidental sobre los antiguos solares, nuevas edificaciones, con un estilo en su diseño cercano a un andaluz modernizado, integrado a los volúmenes co­loniales con visible diferencia sin traspasos estilísticos inadecuados, para albergar el gran comedor del pri­mer piso que contiene una techumbre, cuyo esquema geométrico está compuesto por casetones octogonales y cruciformes en madera y dorados, enriquecidos con hojas  y flores de llantén a semejanza de las obras del arquitecto italiano Serlio, cultor del estilo manierista del siglo XVI, cuyo ejemplo se encuentra en varias iglesias tunjanas.

En el segundo piso del volumen arquitectónico descrito, se encuentra la Biblioteca y los “reservados” espacios denominados: Sala Orquídea y Sala Esmeralda. De la misma manera, separado por jardines en el costado occidental hacia el fondo, se construyeron volúmenes arquitectónicos modernos, que albergan salas de juego y una zona húmeda integrada por sauna y piscina cubierta, además, un generoso sector de parqueaderos.

Breve tradición de la propiedad del inmueble

La casa que hoy ocupa el Club Boyacá, estuvo en posesión de los descendientes de la prosapia Holguín en los siglos XVI y XVII. A finales del siglo XVII, fue adquirida por don Andrés Francisco Gallo y Alarcón y su señora Juana Velasco Baños y Ferro, quienes permanecieron hasta la tercera década del siglo XIX. Posteriormente pasó a manos de don Javier Tejada y su esposa doña Manuela Niño. Subsiguientemente perteneció a don Antonio Barrera quien en 1872 se la vendió a don Benito Luque García, padre de doña Ma­ría Luque quien estuvo desposada con don Hermófilo Rivadeneira.

Ulteriormente fue obtenida por los socios del club, quienes ocupan como su sede desde hace 75 años, por compra que hizo la entidad en 1942, a la señora María Luque de Rivadeneira por la cantidad de nueve mil pesos.

 

Aspectos legendarios, coloniales y republicanos de la casa

La Portada: Obra de cantería del siglo XVI que os­tenta una equilibrada unidad de conjunto, destacán­dose las columnas de orden dórico-toscano de fuste estriado y largos basamentos moldurados, que sostie­nen la cornisa y el friso y encierran el arquitrabe cu­yos sillares y dovelas del vano rectangular enmarcan la antigua puerta; se destaca en la dovela central el escudo estirpe Holguín Maldonado, cuidadosamente esculpido en piedra; así mismo, armoniza el entabla­mento un decorativo friso tachonado de rosetones y discos en bajorrelieve de fina labra, conjunto que defi­ne el estilo plateresco.

El Escudo: Caracterizado por sus múltiples colores y objetos que lo adornan y le atribuyen sentido y ca­rácter. El blasón ha sido investigado y traducido a sus esmaltes naturales con la siguiente descripción: “Bla­són de forma hispano-francesa, partido en la diestra y cuartelado en la siniestra: la diestra sobre campo de plata, ostenta un pino arrancado en sinople y cuatro lobos rabizantes en gules, como timbre, yelmo de ca­ballero sin jurisdicción, engalanado con plumas en los colores del escudo”.

La Bandera: Otro símbolo que representa a la Insti­tución, divida entre franja superior azul, franja central de plata y franja inferior roja, cada una de ellas simbo­liza la justicia, verdad, lealtad, franqueza y amor.

Bibliografía y fuentes consultadas

Archivo Parroquial Catedral Basílica de Santiago el Mayor. Tunja.

Archivo Regional de Boyacá, Fondo del Archivo Histó­rico de Tunja

Corradine Mora, Magdalena. Los Fundadores y Pri­meros Pobladores de Tunja”. (Trabajo inédito) Tunja 2005.

Flórez de Ócariz, Juan. “Libro Segundo de las Genealo­gías del Nuevo Reino de Granada”, Edición Facsimilar de la Impresión de Madrid de 1676. Bogotá, Instituto Caro y Cuervo - Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1990.

Guillén de Iriarte, María Clara. “Nobleza e Hidalguía en el Nuevo Reino de Granada. Colegio Mayor de Nues­tra Señora del Rosario 161-1820” Tomo II, Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1994, Bogotá. Mateus Cortés, Gustavo. Ficheros y Archivo Personal. Monsalve, José D. “Mujeres de la Independencia. Bi­blioteca de Historia Nacional Vol. XXXVIII, Imprenta Nacional, Bogotá, 1926.

Ocampo López, Javier. “Tunja Cuna y Taller de la Libertad. Alcaldía Mayor de Tunja, Editorial Talleres Gráficos Ltda. 1997.

Porras Collantes, Ernesto. “Crónica Colonial de Tunja y su Provincia” Colección Centenario de la Biblioteca de la Academia Boyacense de Historia No. 11, en coedición con el Fondo Mixto de Cultura de Boyacá, 2006, Buho Editores.

Dirección: Carrera 10 No. 20 -81, Centro Histórico, Tunja, Boyacá

Horario: 8:00 A.M. - 6:00 P.M.

Teléfono: (8) 7423124

Celular: +57 313 8047280

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