Capilla Nuestra Señora del Rosario

Entre las joyas realmente incomparables y preciosas de este templo, está la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, sobre el costado sur de la nave central.

Hasta hace cerca de medio siglo, se encontraba en el pavimento de entrada a esta capilla, una hermosa lápida alrededor de la cual y encerrando figuras simbólicas, leíamos la siguiente inscripción: «Esta capilla y enterramiento es de el Capitán García Arias Maldonado, y de sus hijos y herederos. Falleció el año de 1568...». Fue trasladada y empotrada en el costado derecho de entrada, antes del cancel.

La Capilla está adornada con grandes tableros de madera dorada que recubren los muros y representan los quince Misterios del Rosario, así: Al frente de los Gozosos; a la derecha, los Dolorosos; y los Gloriosos a la izquierda. El trabajo de estos cuadros es de notable mérito artístico, pues son bajo-relieves primorosamente tallados y pintados con los colores propios de cada personaje. Por lo demás, ostenta rica ornamentación roja y dorada, con arabescos y embovedado lleno de estrellas, conchas y dibujos delicados.

En el centro observamos el Camarín, donde se venera la imagen de Nuestra Señora del Rosario: De bulto, tallada en madera por Roque Amador y traída de España por el notable personaje tunjano don Félix del Castillo a fines del siglo XVI. El interior está lleno de incrustaciones de conchas marinas, porcelanas y cristales de diferentes formas y de valiosa antigüedad que forman un conjunto maravilloso.

De todos los relieves, el más hermoso es el de la Anunciación, por la belleza del Ángel. La estatua de la Virgen parece ser pieza de filiación hispalense del Bajorrenacimiento. Según los estudiosos del Arte hispanoamericano lo último que se construyó en esta capilla fue el retablo central concluido en la segunda mitad del siguiente siglo XVIII. Entre sus esculturas son dignas de destacar: La Virgen del Rosario, Santa Catalina, el grupo escultórico del Nazareno, el Judío y el Cirineo, tallados en madera en Tunja. En las obras pictóricas, destacamos la Virgen de la Antigua de Angelino Medoro; Santa Catalina de Alejandría del pintor Vásquez de Arce y Ceballos y otros.

Esta Capilla no tiene semejante en todo el arte neogranadino. Además de su interés como conjunto especial, hay en ella rico repertorio decorativo de incuestionable influencia mestiza. Es muy curiosa la serie de soportes ornados con guirnaldas que describen enormes ondulaciones de sabor naturalista. La desaparición del eje a candelieri en estos grutescos, es el rasgo más acusado de su barroquismo y de su creciente influencia indígena.

En la cubierta que es una artesa a cuatro aguas, la decoración de madera tallada y decorada se distribuye, sobre rojo, en un esquema geométrico en el que alternan las flores de las supuestas octogonales y cruciformes. En los espacios vacíos se colocan hexágonos. En el testamento del Capitán García Arias Maldonado (1568), leemos: «ítem digo y declaro que dejo sentada y pagada una capilla en la iglesia del Monasterio del Señor Santo Domingo de esta ciudad y en ella una capellanía...».

El ilustre pintor quiteño Fray Pedro Bedón, quien colaboró grandemente en la ornamentación del templo y capillas, fundó a fines del siglo XVI la Cofradía del Rosario. El Padre Báez (Dominicano) apunta en uno de sus escritos que «La capilla levantada por Bedón, no pasara de ser una construcción cualquiera, si el Rvdo. E Maestro Fray Agustín Gutiérrez, no la hubiese convertido en obra maravillosa... aforrándola en preciosa talla y embadurnándola en finísimo oro...».

Sobre el sagrario de esta capilla, dice el Padre Gutiérrez: «Concerté con José de Sandobal un Tabernáculo para la Capilla de Nuestra Señora, un Sagrario y gotera y dos cuerpos y remate de tres columnas. A todo costo.  Su precio de 450 patacones...». Obra plenamente barroca como lo atestiguan la carnosidad de los elementos vegetales y el medallón del coronamiento.

Don Germán Arciniégas, en uno de sus viajes a Tunja, escribió lo que sigue: «La Capilla del Rosario es todo un prolijo trabajo de talla dorada sobre fondo carmesí, en donde no hay una cabecita de ángel, una hoja, un detalle de los capiteles que no se hubiera labrado con curia y amor, ajustándose el conjunto de la obra dentro de una perfección tan grande que la capilla toda no es sino una lámpara gigantesca, en donde el sol que llega de sesgo por los tragaluces, se reanima y multiplica en nidos de oro...».

El Dr. Otto Morales Benítez en su estudio sobre el Barroco Hispanoamericano, considera que la Capilla del Rosario es el ejemplo arquitectónico y artístico más significativo del mestizaje cultural indoamericano. En los finales del siglo XX en el antiguo convento de Santo Domingo han tenido actividades de educación universitaria, inicialmente la Fundación Universitaria de Boyacá y hoy, la Universidad de Santo Tomás.