Considerada como una de las heroínas de la campaña libertadora, se conoce como una mujer boyacence oriunda del municipio de Santa Rosa de Viterbo; su importancia radica en su valiosa contribución del caballo insigne del libertador Simón Bolívar cuyo nombre según la historia, era PALOMO, sobre el cual lideró las más importantes batallas que dieron como resultado la Independecia Americana.
Casilda Zafra era una campesina y oráculo de la zona que precisamente habría tenido un sueño premonitorio en el cual una de sus yeguas daba luz a un potro blanco, el cual sería regalado a un destacado General
Los relatos cuentan que el libertador Simón Bolívar era un amante de los caballos, por consiguiente, tenía uno en particular como su preferido, su nombre era Palomo, el cual era de color blanco y poseía una estatura impresionante, se dice también que Palomo fue su fiel compañero y que, junto a él, salió victorioso de las batallas más significativas como la del Pantano de Vargas, Batalla de Junín o Batalla de Bomboná.
Además de todas las vivencias con las que compartió junto al él, cuenta la leyenda que el significado característico y poderoso que tenía Palomo para Simón Bolívar tuvo sus cimientos desde antes, incluso de que se encontraran por primera vez.
Unos años previos a la Batalla del Pantano de Vargas (en 19914), el militar llegó a Santa Rosa de, población ubicada a 62 kilómetros al nororiente de Tunja (Boyacá), en el lomo de una mula vieja y cansada. Necesitado de un nuevo equino para proseguir su viaje, y observando la yegua preñada, Bolívar solicitó a la mujer que le regalara un caballo, razón por la cual se dice que solicitó a Casilda que le guardara el potroque su yegua estaba próxima a parir.
5 años más tarde, poco antes de la Batalla del Pantano de Vargas de 1819, la mujer quien actúo como su guía, entregó a Simón Bolívar un caballo blanco el cual era el potro nacido de la yegua de propiedad de Casilda Zafra. Después de la donación al militar venezolano, el caballo al que bautizaría como Palomo, se convirtió en el su fiel compañero con el cual liberó 5 naciones.
El caballo Palomo, muy querido y apreciado por Bolívar, era también uno de los más aclamados y admirados en las entradas triunfales de Simón Bolívar tras sus sucesivas victorias.
Como tradición popular, es prácticamente imposible no imaginar a Simón Bolívar sobre el poderoso Palomo blanco en las batallas, y en multitud de pinturas se puede ver a un equino radiante y triunfal, compañero de vida del militar. Se dice que su color era como el de un copo de nieve y que su sobresalía al ser muy robusto, con una gran alzada eléctrico en su movimiento.
No se tiene conocimiento exacto del final de la vida de Palomo. Mientras que algunas teorías históricas indican que Bolívar se lo regaló al general Andrés de Santa Cruz en 1826, otras aseguran que el caballo falleció el 17 de diciembre de 1840 en la población de Mulaló municipio de Yumbo, en el Valle del Cauca (Colombia).