En este 2019 recordamos las hazañas de quienes ofrendaron sus vidas para construir una patria que hoy es nuestra. El 7 de agosto de 2019 se cumplirán 200 años de la batalla de Boyacá, que selló el proceso ciudadano, cultural y militar de construcción y conquista de nuestra independencia como república separada del reino español.
Nos preparamos para conmemorar las hazañas de hombres y mujeres que, en batallas cívicas, políticas y militares memorables, dedicaron y ofrendaron sus vidas para construir una patria, una nación, una república que hoy son nuestras. El proceso de independencia tuvo antecedentes en los Comuneros, en la traducción de los Derechos del Hombre que realizó el precursor Antonio Nariño; en la Expedición Botánica rosarista, liderada por Mutis, y en el Memorial de Agravios de Camilo Torres, escrito en el contexto de la inestabilidad política española.
Esa gesta condujo al grito de independencia del 20 de julio de 1810, cuando estudiantes egresados del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y del San Bartolomé ejecutaron el plan de convocar al pueblo para lograr la emancipación e implantar un nuevo orden político. A partir de esta fecha comenzó, por una parte, la construcción de instituciones jurídicas y políticas vertidas en constituciones; y, por otra, patriotas como Antonio Nariño y Camilo Torres lucharon para derrotar a los españoles mediante la conformación de un ejército de neogranadinos. Campañas como la del Sur, la Admirable y del bajo Magdalena se realizaron en todo el territorio de las provincias de la Nueva Granada y Venezuela, donde centenares dieron sus vidas en batallas como la del bajo Palacé, en 1811; Cúcuta y Bárbula, en 1813; alto Palacé, Calibío, San Mateo, Juanambú y Tacines, en 1814; Río Palo y Cachirí, en 1815, y cuchilla del Tambo, de la Plata y Chire, en 1816.
A partir de 1816 se implantó nuevamente el Virreinato de la Nueva Granada y con este, el régimen del terror, durante el cual casi un millar de neogranadinos fueron ejecutados por el llamado Pacificador, Pablo Morillo, entre ellos: Camilo Torres, Antonio Baraya, José María Cabal, Francisco José de Caldas, Custodio García Rovira, Frutos Joaquín Gutiérrez, José Ramón de Leyva, Liborio Mejía, Policarpa Salavarrieta y Antonio Villavicencio. Sobrevivientes como los coroneles Roergas Serviez y Francisco de Paula Santander, y el teniente José María Córdova, se dirigieron a los llanos del Casanare, única provincia libre de españoles. Allí se organizó un ejército liderado por Santander y Bolívar. Decidieron enfrentar la Tercera División del ejército realista, ubicada en la Nueva Granada con el fin de iniciar desde allí la libertad de Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia.
El 23 de mayo de 1819, el ejército de Retaguardia del general Simón Bolívar se dirige a Tame para encontrarse con el ejército de Vanguardia del general Francisco de Paula Santander. El encuentro se realizó el 12 de junio de 1819 para ascender al páramo de Pisba, camino a la capital Santafé. Hubo confrontaciones en Paya, Tópaga y Gámeza, hasta descender al valle del Cerinza y llegar a la hacienda de Bonza, donde fueron interceptados por las tropas realistas en el Pantano de Vargas, donde el heroísmo de los lanceros nos sigue causando admiración y orgullo.
Trece días después, el 7 de agosto de 1819, las tropas realistas cayeron derrotadas, y Barreiro, capturado por ese joven héroe ético que no accedió a la corrupción, Pedro Pascasio Martínez, en el Puente de Boyacá, donde la Nueva Granada, hoy Colombia, selló la campaña que nos legó la libertad. Doscientos años son una ocasión propicia para conmemorar nombres, hechos y valores que nos son comunes para reflexionar sobre los derechos y las responsabilidades contemporáneas, para que nuestra democracia no sea solo una remembranza sino una realidad, un proyecto colectivo mejorado con cada acción ciudadana.
Escrito por Guillermo Botero.